miércoles, 23 de noviembre de 2016

UNA FRESA GIGANTE BALANCEÁNDOSE POR EL CIELO



                                             
Texto:   Josefina Freire Ferrero. Cronista Oficial del Real Sitio y Villa de Aranjuez

Con  dedicación especial a la E.L.M  Real Cortijo de San Isidro.
                                                                                                                                                                                                                                            

Han llegado con este otoño unos preciosos globos aerostáticos por el cielo del Real Sitio y Villa de Aranjuez. Una enorme llamarada de gas nos elevó suavemente hasta alcanzar una altura desde donde pudimos apreciar como el sol mostraba sorprendentes y extraordinarios claros-oscuros en los edificios Palaciegos y los diseños geométricos de los Jardines Reales se acentuaban más, como laberintos vegetales multicolores, entre el serpentear del rio Tajo. Sus reflejos nos centellean como un espejo. Pudimos valorar, todavía más, el Patrimonio Mundial, maravilloso y mágico que es la ciudad cortesana de Aranjuez.




 Me siento como si estuviéramos colgados de una fresa gigante balanceándose por el cielo. De repente nos encontramos rodeados por nubes blancas, como algodones flotantes que nos impedían ver lo que sobrevolábamos. Como si aquella fresa buscara sus raíces, por un pequeño claro de estas nubes, al mirar hacia abajo, pudimos observar el marcado pentágono del Casco antiguo del Real Cortijo de San Isidro y sus calles rectilíneas arboladas. La singularidad de su diseño le hacía inconfundible  y su visión me fascinó. 



El viento cambió el rumbo y tuvimos que ganar altura sobre ese mar de algodones, calentando el aire del globo con el quemador de gas para elevarnos un poco. Seguimos entusiasmados observando la gran obra  realizada por el hombre, modelando la naturaleza y que vista desde aquí parece que fuera un encaje de bolillos con diferentes diseños entretejidos de caceras repletas aún de agua, como hilos gruesos de seda sobre un fondo enrejado al estilo “torchón” hecho de huertas, calles, arboles, casillas…flotábamos sobre la vega del Tajo, ¡qué relax!. De repente empezaron a dejar escapar el aire caliente para bajar y la complacencia se fué perdiendo. Muchas gracias y adiós fresa gigante, voladera



Texto:   Josefina Freire Ferrero. Cronista Oficial del Real Sitio y Villa de Aranjuez, con dedicación especial a la E.L.M. Real Cortijo de San Isidro.
                                                                                                                                                                             














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