Texto: Josefina Freire Ferrero. Cronista Oficial del Real Sitio y Villa de Aranjuez
Con dedicación
especial a la E.L.M Real Cortijo de San
Isidro.
Han llegado con este
otoño unos preciosos globos aerostáticos por el cielo del Real Sitio y Villa de
Aranjuez. Una enorme llamarada de gas nos elevó suavemente hasta alcanzar una
altura desde donde pudimos apreciar como el sol mostraba sorprendentes y
extraordinarios claros-oscuros en los edificios Palaciegos y los diseños
geométricos de los Jardines Reales se acentuaban más, como laberintos vegetales
multicolores, entre el serpentear del rio Tajo. Sus reflejos nos centellean
como un espejo. Pudimos valorar, todavía más, el Patrimonio Mundial, maravilloso
y mágico que es la ciudad cortesana de Aranjuez.
Me siento como si estuviéramos colgados de una
fresa gigante balanceándose por el cielo. De repente nos encontramos rodeados
por nubes blancas, como algodones flotantes que nos impedían ver lo que
sobrevolábamos. Como si aquella fresa buscara sus raíces, por un pequeño claro de
estas nubes, al mirar hacia abajo, pudimos observar el marcado pentágono del
Casco antiguo del Real Cortijo de San Isidro y sus calles rectilíneas arboladas.
La singularidad de su diseño le hacía inconfundible y su visión me fascinó.
Texto: Josefina Freire Ferrero. Cronista Oficial del Real Sitio y Villa de Aranjuez, con dedicación especial a la E.L.M. Real Cortijo de San Isidro.
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